Me considero una persona con inquietudes no solo por el ámbito artístico sino también por el tecnológico. Aunque la especialización es importante, estoy capacitada para abordar cualquier proyecto desde un enfoque creativo que suponga un reto para mí.
Tengo claro que lo vocacional y lo profesional van unidos de la mano. Se retroalimentan. Es más, esta combinación se traduce en un gran valor añadido y diferenciador del que va a poder beneficiarse mi cliente.
Trabajo duro y cuento con una curiosidad insaciable que me lleva a estar al día en todo lo relacionado con el mundo digital.
Los buenos proyectos resultan del encuentro de dos o más campos. El haber trabajado en diferentes sectores y gran parte de ellos relacionados con el área creativa y cultural, pero también técnica y tecnológica, me ha regalado la posibilidad de asumir varios roles dependiendo de las necesidades de mis clientes y probar cosas nuevas.
Un mantra: Amigos; amables, sabios. Una casa entre campo y mar, un bosque donde caminar. Libros; viejos y nuevos. Una vida donde ocio y reposo convivan con trabajo. También cine, ¡mucho cine!
¡Ichi, Ni, San! El mismo número que forman los colores; amarillo, rojo, azul, los tres colores básicos primarios de los que parte el resto. Los que componen el gran ojo ciego y soñador de la última película de Isabel Coixet.
Se dice que una pareja cinematográfica tiene química cuando entre sus actores se establece una tensión sensual que llega a traspasar la pantalla.
El director de fotografía bilbaíno Kiko de la Rica, nominado en los Goya a Mejor dirección de fotografía en Blancanieves (Pablo Berger, 2012), ha visitado esta tarde la conocida librería especializada en cine ‘Ochoymedio’ para hablar de su trabajo en la película. ‘Un Diván de cine’ ha estado presente y hemos tenido el placer de
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